Roll privado~ ¿Aliado o enemigo?

Este es rol privado entre Lobito y yo. Uso a Kamikaze, y mi color es oliva.
--------------------------------------------

¡En dónde me he metido! ¡Maldita tormenta, apenas puedo avanzar! El viento soplaba como nunca lo había hecho, por lo menos, en mi extensa estancia en el bosque. Caía nieve de a por kilos que me forzaba a mantener los ojos entre abiertos. Cada tanto, un relámpago iluminaba mi camino, que en realidad no era camino, porque no tenía una dirección que seguir.
Clavé las garras sobre el seco suelo, y me mantuve así, moviendo la cabeza de derecha a izquierda buscando un refugio. Nada. Maravilloso. Ahogué un grito al ver una rama tirase hacia mí a una velocidad descomunal, impulsada por la violenta correntada. Me empujó hacia un árbol próximo a mí. Sin poder liberarme, comencé a gritar en auxilio.

-¡¡Ayuda, por favor, alguien!!

Uso a Lobito y escribo en rojo oscuro

Tormenta. Solo eso. Una tormenta muy fuerte, de nieve, mucho viento y algunos relampagos. Por suerte, habia encontrado una cueva al poco tiempo de enpesada la tormenta. Estaba en resguardo de la viento y de la nieve.
De repente escuche unos gritos de auxilio, eran débiles, pero aun asi decidi salir a ver. El viento me pegaba muy fuerte, al igualq ue la nieve, pero abanzaba lo mas rapido posible, ya habia estado en tormentas asi, me habia acostumbrado.
No grite, tenia el viento en contra, seria inutil, no me escucharian. Al poco tiempo de caminar, vi una rama caida sobre algo, pero no savia que. Me acerque para ver mejor y vi que era un canido, asi que le hable
-olle estas bien?- le pregunte -eras tu el de los gritos de auxilio?- dije levantando la voz, para que pudiera oirme.

Apartaba como podía la rama, pero el viento la volvía a empujar hacia mí. Era inútil. Comenzaba a respirar con dificultad a causa del peso que caía sobre mi pecho.
A pesar del ruido, pude escuchar una voz cercana, que al parecer, había oído mis gritos. Preguntaba si había sido yo.

-¿Ves a alguien más aquí, cariño?- dije irónicamente, con escaso aire.
-De nada me sirve que hayas venido si no piensas hacer nada- protesté luchando nuevamente.

-bueno bueno esta bien no necesitas tratarme asi yo solo intento ayudarte- le dije, algo enojado.
Aun asi, le ayude. Comense a empujar la rama con mis hombros, haciendo cada vez mas espacio.
-rapido, trata de safarte- dije quejandome, por el peso de la rama.

El muchacho apartó el ramal, dejando una abertura a mi costado. Retuve un "¿no tienes más fuerza, niño?", no era momento pra discutir. De un salto, me safé y miré al lobo con media sonrisa.

-Gracias, ahora piérdete

Me di la vuelta, y marché dificultosamente, aunque ahora no tanto debido a que la fueza del viento era más débil, alejándome en busca de algo que me protegiera.

Lo ayude a salir de debajo de la rama y el lobo o perro me dio las gracias y me dijo que me largara. No tenia porque ser así, yo lo había ayudado de buena onda.
Cuando se safo, comenzó a alejarse, supongo que a buscar refugio para pasar la tormenta. Como buen lobo que era yo, decidí seguir ayudandole, asi me habían educado.
-olle, hay una cueva cerca, por si quieres esperar alli a que pase la tormenta, solo digo-
Le dije y me sente, empujar el tronco me habia cansado. Me quede esperando una respuesta, si aceptaba, lo guiaría, y si no, lo dejaría y me iria.

El chico me ofreció hospedaje en su cuevita. Lo miré con con una mueca, como diciendo sarcásticamente "¿en serio?".
-Niño, no soy una dama para que me invites a tomar una taza de café en tu casa. ¿No oíste lo que te dije? Kamikaze ya es lo suficientemente grande para apañárselas solas.
La fuerza con la que el viento arrasaba era más débil, y la nieve había cesado, por lo que era sencillo distinguir un camino. Le di la espalda a mi "compañero" y caminé rumbo a lo desconocido.

No tardé mucho hasta llegar a una arbolada que parecía formas un escudo bastante amplio para que yo me cubriera. Me acurruqué detrás de los mismos, esperando a que la tormenta acabe por completo.

-bueno esta bien como tu quiras- le dije con una mueca. Me di la vuelta y regrase a mi cueva. Me quede echado esperando a que pase la tormenta, que ya estaba amainando. Mientras esperaba, me hice un boyo y me quede dormido.
Cuando desperte la tormenta ya habia desaparecido. mire a mi alrededor, blanco, solo eso. La nieve habia cubierto todo. Los arboles, las rocas, el suelo. Casi no se podian distinguir, supuse que deberia tener cuidado al caminar, por loq ue sali de la cueva camiando cuidadosamente. Apenas pise la nieve, me undi hasta mis codos.
-Aggg tendre que saltar!- dije dando un quejido y haciendo una mueca. No me gustaba la nieve, se me pegaba entre los dedos y ademas no podia ver si habia algo debajo, por lo que siemore terminaba cortado.